«No hay silencio mas atronador que el de después de un desastre, hueco y punzante en los oídos como el sonido seguido de una explosión. No se conoce olor más intenso y amargo que el de la piel quemada que supura pólvora como tampoco color mas oscuro y agobiante que el humo sin oxigeno buscando la boca de la mina al encuentro de la luz para disiparse.»